Te veo cruzar la calle
cargando tu infancia desvalida,
bajo la nieve que cae.
Y egoistamente,
entre el calor que me envuelve,
pienso en tu frío.
En tu frío y en la pobreza
que caprichosa, te acompaña.
Y en el frío de los poderosos,
que se empeñan en ignorarla.
Pienso… en el frío.
Ese que penetra el cuerpo,
y se extiende a través
de la precaria subsistencia
hasta apoderarse del alma.
Pienso en el frío…
En la escasez y en la abundancia.
Y en la injusta inclinación de la balanza
En la carencia abrumadora de las mayorías.
Y en el desinterés que es abundancia.
Pienso en el frío…
¿ Cuál castiga más a tu inocencia?
El que viene de la mano del invierno,
o el que soportas de la indiferencia humana.
Hola, Olvido, en primer lugar...me alegra te guste mi blog...Asturias es preciosa...
ResponderEliminarEstoy mirando el tuyo y veo que no tiene desperdicio...te gusta mucho la poesía...a mi me gusta leerla...
Un abrazo y hasta otro momento.
Esperanza.