miércoles, 27 de mayo de 2009

ABUELO




A mi bullicioso, anegado

Y desconsolado llanto,

Bien presuroso consuelas,

Y muy pronto lo disipas.

Un sin fin de besos,

Cómo sello de protección estampas,

En mis sonrosadas, menudas

Y húmedas mejillas.

Las lágrimas, que presurosas se deslizan,

Con infinita ternura enjugas.

Oyendo atento, mis entrecortados vocablos

Que intentan describirte, una inoportuna caída.

A mi viejo, que me inspiró a escribir.

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