Estoy de pié.
Frente a un camino
con destino casual.
Que se abre, opuesto a vos.
Dispuesta a avanzar,
Tan serena, cómo constante.
Llevaré conmigo los recuerdos,
Esos, imposibles de olvidar.
Me alejo, mientras repliego,
un abanico de esperanzas.
Y a mi paso caen,
junto con las hojas del nuevo otoño.
Mis miedos.
Me invade la certeza de que podré,
distancia mediante,
convertir insomnios perturbadores,
en noches apacibles.
Despuntar madrugadas prometedoras.
Y dar la bienvenida
a originales momentos.
Ya vez, no te dejo.
Te llevo conmigo.
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