lunes, 11 de mayo de 2009

El Beso viajero



Detrás de los cristales, predominan matices de gris.

Gris sedentario, gris soledad, gris invierno.

Abrí la ventana, asomándome apenas.

Con todas mis fuerzas, arrojé un beso al exterior.

Lo abrigué con ternura y buenos deseos,

para que llegue a destino;

conservando la esencia de mi amor.

Pero, el viento; que además de hechicero,

suele ser celoso.

Agazapado detrás de unas nubes,

tan grandes cómo mi añoranza.

Lo retuvo.

-Esos ruidos… ¿Son truenos?

-¡No!... Es la risa del viento.

Ríe, muy socarrón, del beso viajero,

Que ha transformado.

Ríe, de la premura por seguir camino,

apenas lo liberó.

Querido mío: esa brisa suave,

que hoy tu rostro acarició.

Fue mi beso, transmutado, que al destinatario encontró.








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