lunes, 22 de junio de 2009

Del ratón, al boxer




Septiembre de 1998.

Ocurrencias de Adriel (5 años):

Adri: -¿Abu, el espíritu, tiene sangre?-

Yo: -No-

Adri: -¿Y cómo es?-

Yo: - Es algo que no se puede tocar-

Adri: ( me mira con cara de ¿????) -Ah! Entonces, ¿tiene cáscara?-

Yo: (con cara de, ¿Que dice este crío?) – ¿Cómo cáscara, Adri? ¿Qué decís?

Adri: (Con cara de hombre experto, sabelotodo)

-¡Y…sí! Porque, cuando te lastimas, te sale sangre.-

-Y cuando no sale más sangre, se hace cascarita.-

-Y no podes tocar la cascarita, porque te sale otra vez sangre.-

- Así que, si no tiene sangre y no se puede tocar… El espíritu, tiene cáscara.

Yo: ¡Plop! Al mejor estilo Condorito.

Se le salió otro diente, viene contento a mostrar lo que encontró debajo de la almohada.
Mientras le sirvo la leche, se sienta y me dice muy convencido:

-Abu, yo no entiendo a los ratones. ¿Para que mierda quieren tantos dientes?-

-¡Yo, mejor me quedaría con la plata! Re tontos, los ratones.-

Pasados unos días, fuimos a Comodoro Rivadavia, una ciudad cercana a la que vivimos,
a visitar a mi tía Coca. Al llegar, el marido, nos dice: - Hace un rato se fue al cementerio, Pero ya debe estar por venir-

Y Adriel, me dice: -Abu, ¿Y si vamos a buscar a la tía al cementerio?

- No, Adri, mejor la esperamos- (No me gusta ir al cementerio) Y considero que,

No es un lugar apropiado para llevar a un chico.

-Dale, abu, que yo nunca fui a un cementerio, quiero conocerlo-

Vaya a saber que cosas se imaginaria.

Insistió, dos o tres veces más y me terminó convenciendo.

Llegamos y a medida que caminábamos por entre los nichos y tumbas, él iba preguntando, ¿que es esto?, ¿para que es aquello?, con total naturalidad.
Mis respuestas, fueron tan cual sus preguntas, sin vueltas, “a la tumba; tumba y al muerto; muerto”.

Por ahí dice: -¡Cuantos muertos!-

-Abu, ¡Se me acaba de ocurrir una buena idea!-

-¡Y si le sacamos los dientes a los muertos y se los ponemos a los ratones!

-¡Nos hacemos millonarios!-

En el momento de expresar su idea, ya habíamos encontrado a la tía Coca, que estaba limpiando con Brasso, los floreros de bronce, en la tumba de un pariente.
Imaginen, la cara que puso…

De esto, han pasado muchos años… Ayer, volví a verlo después de unos cuantos días, que estuve ausente. (De viaje). Le traje de regalo unos boxer, que me había pedido. Entre nos, me parece que ya pasó la etapa dónde mostrarse en calzoncillos le daba vergüenza, la siguiente es presumir. Ajá, así de grande esta.

Adriel, ya tiene 16 años.
La realidad, ha superado las fantasías.
Pero su personalidad, para orgullo mío, sigue sin reformas.
Es transparente, abierto, comunicativo, expresivo y muy apegado a sus seres queridos.
Muchas veces, he escuchado que los niños o adolescentes, de padres separados,
se manifiestan con conductas rebeldes y suelen apegarse a vicios para suplir faltas.
Por ahora, no hay indicios de ello. La relación con ambos progenitores, y con sus respectivos conyugues, es buena. Tiene adoración por los hermanos. Y se involucra en las actividades de ambas familias.
Con respecto a sus estudios, alguna que otra materia a Diciembre o Marzo.
Un año que decidió hacer un poco de fiaca, perooooooooo… que sirvió de escarmiento para no volver a repetir la hazaña. (Es horrible, estudiar mientras otros disfrutan las vacaciones)

Creo firmemente, que más allá de todos los logros que pueda obtener en la vida,
A través de los estudios o del trabajo, el carácter y la personalidad que tiene,
serán los que lo ayuden a encaminarse hacia una vida plena de amor y felicidad.
Mi deseo mayor, es poder disfrutarlo muchos años más.
Eso si, ni se le ocurra hacerme bisabuela, tan pronto, cómo me hizo abuela.
Ojito ehhhhhhhhhhhhh!
Debí haber anexado a los boxer, algunas cajitas de esas que tienen dibujitos
de tulipanes. Bue…ya fue.

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