viernes, 8 de enero de 2010

Yo, la abu de Franc


De mis cuatro nietos, Francisco, es el que suele pasar más tiempo conmigo.

El que me reclama, cuando me voy de viaje, porque se ve privado de sus fines de semana, en mi casa.

Es un niño con una gran imaginación, a la hora de jugar. Y debido a eso, se distrae con facilidad.

Otra de sus características, es que acostumbra a apartarse del grupo, ya sea de compañeros de colegio o amigos, para jugar o andar solo.

Durante el año escolar, sus padres, recibieron de parte de la maestra de Francisco, varios llamados de atención. Aduciendo que se distraía, que no se integraba, que no respondía a consignas, que era agresivo (peleo y pegó a un compañero de colegio en el recreo) y que demostraba tener problemas de aprendizaje, al no poder hacer uso de la letra cursiva

Correctamente.

En el último llamado de atención, mi hija (docente), pidió el informe de la maestra por escrito. Concertó cita con una psicóloga infantil, y concurrió con el informe y con Francisco, para una atención y evaluación psicológica.

Así fue, cómo Francisco, una vez con su padre y otras con su madre, acudió a varias sesiones, hasta que la psicóloga elevo su evaluación.

En ella, entre otras cosas, da su opinión (léase tirón de oreja) a los padres y a la maestra, en especial, por distintos motivos que no voy a detallar.

Si bien aconseja, que seria bueno para Franc, que pudiera hacer otras sesiones más.

Puedo asegurarles, que mi nieto, salió airoso en dicha evaluación, en más de uno de los puntos en que aducía la maestra, tenía falencias.

Yo, admito que pasé por todo eso, como abuela, con mucha tristeza. Porque, más allá de de hacer uso y abuso de el papel de “abuela” y salir en su defensa cómo tal. Y querer comerme cruda a la maestra. Yo sabía, que no podía ser tan grave todo, o al menos cómo se planteaba.

Bien, Francisco pasó de grado, como era de esperar, ya que durante todo el periodo escolar, las notas de él boletín, no daban lugar a sospechar lo contrario.

No fueron “excelentes”, pero hasta dónde yo sé, un “Bueno”, siempre alcanzó para pasar.

Hoy, mientras yo hacía las tareas de limpieza por la casa, él estaba en la habitación dónde tengo instalada la pc.

Cuando vine a hacer uso de la misma, encontré sobre el escritorio, una de las tantas hojas, que tengo impresas con mis trabajos.

En ella, había escrito, la carta más tierna, con su pedido para papá Noel.

¡Con letra cursiva!

No se, si papá Noel, estará en condiciones de cumplir con el pedido de mi nieto.

Lo que si se, es que yo, sin pedir nada, he recibido el regalo más lindo que pudiera imaginar.

En lo que a mi respecta, me doy por satisfecha, en estas navidades.

Pero, por si acaso, la generosidad de Papá Noel, me da la oportunidad de poder acceder a otro regalo, humildemente le pido, una bolsa asiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii de grande, con paciencia, para padres y maestros. Y que la luz de la navidad, ilumine el corazón y la mente de todos aquellos que trabajan con niños. Feliz navidad para todos Uds.,

Los quiero, Yo, la abu de Francisco.

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